Una pelirroja fabulosa: la Remolacha

Otra de las pelirrojas de la familia.

Es un cultivo de temporada “fría”, como en el que estamos. Mejor en otoño e invierno. Se dice que cuando los periodos de cultivo son tirando a fríos, la remolacha alcanza su mayor calidad, así que imaginaros lo bien que le sienta Asturias…

Ese color tan característico y su sabor dulzón la convierten en una hortaliza muy valorada, además de por los beneficios de su consumo.

Pertenece a la familia de las Quenopodiáceas, como las espinacas y las acelgas. Por eso se le parece tanto el tallo…

Hay 3 variedades: la roja que os presentamos, que es la de huerto, la azucarera y la forrajera. Todas ellas pueden tener tanto forma esférica como alargada.

La azucarera se utiliza, como se intuye por su nombre, para la producción de azúcar. Después de la caña de azúcar, es la segunda fuente de azúcar del mundo. En cambio, la forrajera se utiliza para alimentación animal.

La que nos ocupa, nuestra pelirroja, tiene origen en el sur de Europa, principalmente en Italia. Se cree que su cultivo empieza en el Siglo II a.C….qué listos eran estos romanos eh…!!

Parece ser que ellos la consumían como antídoto para los dolores de cabeza y de muelas. A ver quién se atreve a ir menos al dentista pero consumir más remolacha…

En lo que sí parece que eran finos estos romanos era en la elección de esta hortaliza, según las propiedades que tiene.

A alguno os habrá llegado que es un buen remedio para tratar las anemias, gracias a que estimula la producción de glóbulos rojos y tiene estas propiedades:

  • Altos niveles de vitaminas y minerales
  • Poco contenido de grasa y abundante cantidad de fibra. Por tanto, ayuda al funcionamiento intestinal y controlar el colesterol.
  • Alto contenido en agua (87,6%),
  • Poca cantidad de lípidos (0,2%), y proteínas (1,6%).
  • Alto contenido de hidratos de carbono que puede llegar a alcanzar el 6,7% de su composición, superior al de muchas otras hortalizas.
  • Inconveniente: no les suele gustar mucho a los niños…

Asimismo, aporta aproximadamente unas 43 kilocalorías por cada 100 gramos y tiene un contenido importante en vitaminas y minerales, como magnesio, fósforo, sodio, hierro y calcio, y vitaminas B1, B2, B3, B6, C y E.

Ya veis que tiene buen contenido de aporte nutricional, fibra y pocas calorías. Encaja con las dietas/nutrición apropiada para la práctica deportiva y/o actividad física.

También contiene pigmentos conocidos como betalaínas, a los cuales se les atribuye efectos antiinflamatorios, así como la reducción del dolor y las molestias causadas por algunas enfermedades óseas. También encaja con la recuperación de la práctica deportiva…y algunas “resacas” ;)

En cuanto a su preparación, ya sabéis que la mejor opción para que mantenga la mayor cantidad de propiedades es prepararla hervida, pero se puede preparar también cocida o cruda, especialmente rallada para añadir a ensaladas. Aportará mucho sabor y color! 💃🏻


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